Han pasado 58 años desde que Brasil consiguiera su primera Copa del Mundo, de la mano del para ese entonces joven, Pele y aquellos magníficos jugadores que lo rodeaban, Garrincha, Didí, Vavá y Zagallo.
Después de la decepcionante eliminación en 2014 de la mano de Alemania por 1-7 y de una larga sequía de espectáculo dentro de la cancha, en la que han pasado mas de 18 años sin poder conquistar una Copa del Mundo y con el condicionante de no conseguir un equipo con referentes que brinden un juego fluido, dinámico, rápido y muy técnico, la Brasil de Tite arrollo en las eliminatorias con todas las características anteriormente mencionada.
Este equipo, de la mano de jugadores consagrados en Europa, pretende revalorizar nuevamente al futbol brasileño y en cada una de las areas (ataque, mediocampo y defensa), cuenta con jugadores con amplia experiencia en el mas alto nivel y que pueden cambiar el curso de un partido con una genialidad.
Una defensa compuesta por Marcelo (Real Madrid), Thiago Silva (PSG), Joao Mario (Inter de Milan) y Danilo (Manchester City), un medio campo nutrido de jugadores tanto de corte defensivo como Casemiro (Real Madrid), o con mucha magia y explosividad para atacar (Philippe Coutinho, Willian y Paulinho), puede ser determinante para que la verdeamarela conquiste su hexacampeonato de la mano del gol con Gabriel Jesus, Neymar y Firmino.
Ante Serbia, uno de sus máximos referentes, Marcelo, fue sustituido por unas molestias en la espalda, pero estaría descartado para octavos de final. Ante cualquier anomalía, el sustituto directo seria Filipe Luis.
Lo cierto es que, la bestia amazónica comienza a mostrar las garras y ante Mexico, tendra una dura prueba, ante un equipo muy ordenado y bien asentado en la cancha de la mano de su entrenador Juan Carlos Osorio, pero que dejo ver las costuras ante Suecia, quien pudo golearlo.
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